Lo tengo calado. El odio que desataron las recientes declaraciones de la portavoz del Pp, Cayetana Álvarez de Toledo, miserablemente manipuladas. CAT dijo una obviedad: que «el momento político es más difícil» que el vivido en los tiempos de ETA. Ojo, no la cuestión humanitaria (lo recalcó), no el diapasón del dolor, no el recuento de víctimas, que son vetas incomparables y les reto a repasar sus palabras para encontrar una brizna de frivolidad o relativismo. Aludía Álvarez de Toledo al escenario político, el estado del Estado de Derecho, a la fortaleza del cortafuegos constitucionalista, la potencia de la nación, y su autoestima, para negar a los verdugos de la igualdad y su escombrera intelectual y, sobre todo, sus pútridas reivindicaciones. Aquí de lo que se trata es de que España resistió, con más de 800 muertos sobre la mesa, las presiones del nacionalismo para reconocer la eclosión jurídica y autónoma de las tribus carlistas. Con la guadaña del fantasma de la involución sobre el gaznate durante los primeros años de democracia, frente a la sucesión de coches bomba, vísceras por las aceras, niños gaseados y abrasados en los sótanos de un hipermercado y periodistas, profesores, jueces, policías y guardias civiles asesinados por decenas, el país sobrevivió al chantaje mafioso. No malvendió la dignidad. No condonó los atajos. No pervirtió la justicia. Tampoco regaló
derechos a cambio de paz, por seguir un día más con vida. Bajo unas circunstancias atroces, sin reclamar hogueras o entregarse a una letal deriva draconiana, logramos sobreponernos a los emisarios del plomo, ayer igual que hoy y no menos que mañana decididos a vivir/recaudar al margen de la Constitución y de los putos castellanos y extremeños y andaluces, que lastran sus chollos. Sucede que los mismos que relativizan los crímenes del pistolerismo etarra, canallas dispuestos a aplaudir la conversión del asesino en embajador de luz y unicornio al servicio de la paz, nos cuentan que no hay color. ¿Cómo se te ocurre confrontar lo que entonces sufrimos con el lío ese en Cataluña, si eso es teatro, puro teatro, te lo digo yo y te lo canta La Lupe? ¿Cómo osas cotejar los negocios de sangre del terrorismo con las negociaciones entre el PSOE de Pedro Sánchez y ERC? Pero todos ellos ocultan su interés por confundir los medios, criminales en ambos casos, aunque mucho más cruentos en el País Vasco, y los fines, idénticos. De ahí la campaña contra Cayetana Álvarez de Toledo, culpable de denunciar la desunión constitucionalista frente a los abogados del golpe y los cofrades e hinchas del supremacismo.
