Libres e Iguales lanzó ayer un vídeo en defensa del rey. Del rey constitucional. De la Constitución del 78. De la libertad, la democracia y el republicanismo como empalizada contra la tiranía, chaleco blindado frente a las procesionarias iliberales. Ningún miembro del gobierno quiso participar. Porque ya me dirán que pinta el gobierno alineado con la forma política del Estado. Cuya soberanía recae en el pueblo español. Del que emanan los poderes del Estado. En las redes sociales un amigo me reprocha la edad de los abajo firmantes. Que si son viejos. Que dónde están los españoles de menos de 50 años. Que a ver porque no voy a poder gritar muera el rey. Le comento que tiene toda la razón. Muy mal. Fatal. Peor imposible que estén ahí Mario Vargas Llosa (84 años), Fernando Savater (73), Albert Boadella (77), Félix de Azúa (76), Carmen Iglesias (78)… ¡Aparte, mon Dieu, cuánto facha! Ellos y Victoria Prego, Francisco Rico, Paco Vázquez, Paco Sosa Wagner, Rosa Belmonte, Anna Grau, Ramón Fontseré, Andrés Trapiello… Vean el caso del gran Savater. Insigne ajonjolí de todas las salsas fachas españolas. De la educación para la ciudadanía a Basta ya, UPyD, Unión 78 y Libres e Iguales. La asombrosa ausencia de casi todos los políticos asociados a la izquierda, no digamos ya la escasez de representantes de las fuerzas vivas del arte y la cultura asociados a la izquierda, me provoca una melancolía digna de mejores causas. Hemos llegado al punto asambleario y decisionista que asocia la Justicia con la Voluntad de la Gente. Con mayúsculas falangistas o soviéticas. Teóricamente contrapuestas al poder judicial. Y a las leyes y la Constitución, que todos votamos. En cuanto a la magra presencia de personas con menos de 50 años entiendo que dice mucho, y sobre todo horrible, de este país nuestro. Vuelvo a la educación para la ciudadanía. No hubo forma de lograr un gran acuerdo nacional. Los reaccionarios del lado diestro pusieron el grito en el cielo y ahora los reaccionarios zurdos aprovechan para relanzar su programa ultra gracias al sectarismo ambiente. Sólo así puede explicarse que un pensador tan poco progresista como Íñigo Errejón, epígono de los teóricos del populismo hispanoamericano, tenga el cuajo de ironizar con el llamamiento. Personas teóricamente despiertas, aproximadamente cultivadas, parecen incapaces de entender qué demonios es el republicanismo, por qué trata de la libertad frente al despotismo y, en consecuencia, cómo es posible que países como Noruega, España, Suecia, Reino Unido, Dinamarca y Holanda, todos ellos monarquías constitucionales, estén mucho más cerca de cumplir con sus estándares (busquen el Democracy Index, elaborado por la Unidad de Inteligencia del Economist) que, pongamos, repúblicas como China, Laos, Filipinas, el Congo o Libia. Por no hablar de que los mismos que en España reclaman el final de la monarquía parlamentaria no tienen rubor en desfilar junto a los defensores de los privilegios feudales y las rancias teorías políticas provenientes del romanticismo alemán. Y en fin, sí, lo reconozco, son más, muchos más los abajo firmantes que no firman. Unos por escasamente demócratas. Otros por mierdas. Los más por analfabetos.

Julio Valdeón

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