Mujer por encima de todo, decía Cuca Gamarra, la nueva portavoz del PP cuando ejercía como vicesecretaria de Política Social del partido, vísperas de la manifestación del 8-M. No ciudadanos por encima de todo, no personas iguales y libres, capicúa, a las que pueden unir o separar sus intereses, obsesiones y fobias y a las que sutura la sacrosanta igualdad de derechos y obligaciones, no, qué va, mujer. Por encima de todo. Habrá quién diga que el identitarismo que babea el mensaje es puramente instrumental. Un cebo. Para tranquilizar a la marabunta. Un lema o llavero para luego alcanzar el poder y dedicarse a la política en serio. A los problemas de los ciudadanos. A lo que realmente interesa a la gente. Demostraría que no entiende absolutamente nada de las guerras culturales, y sus castradoras consecuencias. Empiezas como mujer por encima de todo y acabas por aplaudir una Ley Integral de Violencia de Género que antepone otros bienes jurídicos antes que la presunción de inocencia y la igualdad ante la ley. Arrancas como mujer por encima de todo y rematas a puerta vacía para dar por bueno que sean perseguidos, incluso penalmente, los alfabetizados que en atención a la evidencia científica y el respeto que las personas deben a su intelecto, dignidad y orgullo niegan que toda la violencia contra las mujeres sea siempre siempre y en cualquier lugar violencia de género y que a las mujeres las maten por ser mujeres. Empiezas como mujer por encima de todo y acabas llamando negacionista y nazi a Sánchez Ferlosio cuando explicaba el despropósito que suponía hablar de terrorismo doméstico. Mujer por encima de todo y cinco minutos más tarde racializada y etc. recitas que el dimorfismo sexual es un constructo concebido como lujo por las élites neocoloniales que lavándose las manos se desentienden y evaden cuando resulta que sola y borracha quieres volver a casa. Empiezas como mujer por encima de todo y acabas en una manifestación que entre sus objetivos y reclamaciones abandera la «erradicación de cualquier tipo de violencia obstétrico-ginecológica», que «el aborto esté fuera del Código Penal» (ni ley de plazos ni gaitas), y convencida, de paso, de que «las guerras son producto y extensión del patriarcado». Mujer por encima de todo, yeah, y los defensores de la igualdad ya no sabemos ni donde meternos. Vamos para bingo, amigues.