El Pp y Ciudadanos acudirán a la manifestación del 8-M. Desde posturas no necesariamente iguales Amelia Valcárcel, Aurora Nacarino-Brabo y Cayetana Álvarez de Toledo, en cambio, prefieren no ir. La filósofa ha escrito en su cuenta de Twitter que «Este Ocho de Marzo … Yo no pienso ir a ninguna convocatoria institucional. Son flojas». Nacarino-Brabo, ensayista formidable, escritora de ley, explica que «Yo sé de una a la que este año no van a insultar, ni a escupir, ni a humillar, ni a encontrar en el 8M. Enhorabuena, hermanas». Álvarez de Toledo reivindicó el otro día el feminismo amazónico de la indispensable Camille Paglia. Como sé que vivimos tiempos de leer, a lo sumo, solapas y síntesis, y uno, mal que me pese, está aquí para paliar los déficits cognitivos y culturales del alcornocal patrio, agua va con la definición de la propia Paglia, entrevistada en Salon: «Llamé a mi feminismo «feminismo amazónico» o «feminismo callejero inteligente», aquel que te hace permanecer vigilante, con el que aprendes a defenderte y asumes la responsabilidad de las decisiones que tomas. Si sucede algo malo, aprendes de ello. Te vuelves más fuerte y sigues adelante». Ella, que peleó contra las ideólogas del feminismo puritano, cruzadas contra el porno, la prostitución y hasta las fotos de Mapplethorpe, y que ha denunciado la cacharrería posmo que infecta los campus estadounidenses y la purria de la teoría Queer, tampoco acudiría al movidón del 8-M. Una cosa es levantar la copa por las mujeres libres y otra marchar tras las pancartas neocatumenales de unas listillas que de buena mañana son gobierno y al caer el sol ejercen, remuneradas, de oposición de la oposición. Basta leer el delirante manifiesto del 8-M para felicitarse porque la denuncia de la sinrazón y la reivindicación de la libertad no queden en manos de los zumbados de Vox. Como escribieron en 2019 Teresa Giménez Barbat, María Blanco, Alicia Delibes, Berta G. de Vega, Ana Nuño, Yaiza Santos, Cristina Losada, Marta Iglesias, Elvira Roca Barea, y otras admirables, «Las niñas de hoy necesitan saber que ellas no son víctimas y que tienen su futuro en sus manos (…) Celebremos el 8 de marzo que, a diferencia de otras partes del mundo, en España las mujeres no nacen víctimas. Que somos personas adultas, libres y responsables de nuestras elecciones». Nacarino-Brabo, desde el gimnasio, me comenta «Yo soy la más feminista del mundo, pero a la coalición de gobierno el feminismo solo le importa en tanto que instrumento de polarización. Se han cargado el feminismo, pero ya les va bien si creen que pueden rentabilizarlo electoralmente». El feminismo es muy anterior a las corrientes punitivistas y adánicas que lo carcomen por dentro. Pero las tórpidas maniobras de unas místicas amenazan con servirle de epitafio. Lo que comenzó como una pugna para buscar la libertad por el camino de las estrellas yace en el vertedero de los juguetes rotos.

Julio Valdeón

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