Natalia Reed, nacida en Queens en 1979, rapera del trío de r&b Blaque (acrónimo de Believe, Life, Achieving, Quest, Unity and Everything) ha fallecido en Lawrecenville, Georgia, tras ser atropellada por un coche. A los pocos minutos las redacciones ya recibían los partes contradictorios habituales, pero la policía no ha presentado cargos contra el conductor, y parece que el desafortunado accidente fue motivado por una negligencia de Reed, que inadvertida del peligro cruzó una carretera mientras hablaba por teléfono. Aunque los servicios de emergencia intentaron reanimarla, fue en vano y la joven estrella murió a dos días de celebrar su treinta y tres cumpleaños, mientras Nueva York, su ciudad, se preparaba para afrontar la tormenta del siglo. Sandy arrojaba dentelladas a lo largo de Queens, el barrio donde creció a principios de los ochenta, y Reed abandonaba el escenario con una muerte ni siquiera épica.
Discípula de la rapera Lisa Lopes, conocida como Left Eye, Reed compartió con ella un destino aciago: Lopes murió, también joven, en un accidente de automóvil, en su caso en una ruta secundaria de Honduras, donde el vehículo que conducía se salió de la carretera. Corría el año 2002 y Reed venía de la mejor racha comercial de su carrera, luego de que Blaque, formado junto a sus compañeras Brandi Williams y Shamari Fears-Dovoe, hubiera disfrutado de éxitos como 808, el single con el que cinco años antes presentaron su disco de debut, y de que en el 2000 hubieran estrenado Bring it on, la película adolescente que con casi cien millones recaudados en taquilla alcanzó categoría de largometraje de entrañable, más por su desacomplejada falta de ambiciones y su gracioso tratamiento de un argumento por lo demás obvio que por sus (dudosas) calidades artísticas. Fue su canto del cisne. Lo que sigue es la crónica de dos discos fallidos, Blaque out y Torch, la ruptura del grupo y su posterior reunión, colaboraciones con luminarias como la siempre interesante Missy Elliot, y apariciones en diversos festivales. Estaba claro que las integrantes querían una segunda oportunidad y las circunstancias parecían propicias.
Madre de un hijo, Ten Brown, fruto de su relación con el rapero Kurupt, Reed había sido arrestada en 2010 y 2011 por conducir bajo los efectos del alcohol, pero todos en la industria daban por seguro que había logrado mantener apaciguados los demonios inherentes a la fama y sus ulteriores fracasos, que 2013 sería su año y que olvidados antiguos fantasmas Blaque regresaría con un disco potable y una gira con mejores atractivos que la pura nostalgia. No pudo ser. Reed engrosa la extensa lista de músicos asociados al r&b y el rap con finales trágicos. Quien sabe si la ocasión será aprovechada para lanzar con mejor suerte los masters perdidos, más por interés crematístico que por las virtudes blandiblu de ese r&b pastoso, caramelizado, blandito, que pastoreó las listas a finales de la pasada década.