Arriesga que lo acusen de contrarrevolucionario, pero el Instituto Nacional de Estadística ha calculado las muertes causadas por el Covid-19 en la primavera de 2020 y los monstruosos resultados deberían de calcinar al gobierno. 45.684 muertos del 1 de marzo al 31 de mayo. 18.577 más que los reconocidos en el periodo por Pedro el Guapo y mariachis. Y hasta el 9 de diciembre, frente a los 47.019 oficiales, 65.596 reales, con sábana y derecho a fosa. A diferencia de Simón, que está para los chistes sicalípticos y la propaganda, para tomarnos por anormales y humillarse, los 18.577 extras del INE no salen de manejar hipótesis psicotrópicas, tipo el gran y desconocido accidente de tráfico. El INE ha revisado las estadísticas y los censos, ha rastreado el exceso de muertes y le salen 5.525 muertos extras con el Covid-19 y, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, otros 13.032 por síntomas clínicamente compatibles con la enfermedad, que toca sumar aunque el colapso sanitario impidiera la comprobación vía PCR. Repito, 18.577 más de los que reconoce el gobierno. Semejante baile de números permite que España pase de jugar en el grupo de cabeza a nivel mundial de muertos por millón de habitantes -estábamos en el cuarto puesto- a volar supersónica, apenas superada por una Bélgica imbatible como gran comandante de todas las parcas: con los muertos por coronavirus del Ministerio de Sanidad hasta el 9 de diciembre salíamos a 998.77 cadáveres por millón de habitantes. O sea, cuarto puesto global respecto a un censo de 150 países. Ahora bien, si creemos al INE, o sea, si atendemos no a lo que dicen los áulicos sino a lo que ven nuestros ojos en los documentos más precisos, subiríamos hasta los 1.393,28 muertos por millón. ¡Cumbres borrascosas! Bélgica, con 1.532,82, sigue al frente del apocalipsis. Pero hemos superado como quien mea sangre al segundo clasificado, Perú, 1.119,67, y a Italia, 1.023,91. Para tasar mejor la náusea recuerden que los muertos por millón en el Reino Unido del canallita de Boris Johnson son 934,68, que en los EE.UU. de Donald Trump, responsable de una gestión criminal, la cuenta del frigorífico sale a 877,63 muertos, que en el México de López Obrador armado con estampas de santos son 875.21 y 848,12 en el Brasil del siniestro Bolsonaro. Imagino que el organismo del Ministerio de Asuntos Económicos puede contradecir al Ministerio de Sanidad con la misma facilidad que Sánchez niega a Sánchez e igual que Ábalos contradice a Ábalos, no digamos ya a la hemeroteca. Con esa rumbosa alegría y esa punta de dulce guasa sólo al alcance de los mejores bufones posmodernos, siempre a buen recaudo del fuego amigo y enemigo gracias a la chequera y a la constante humillación de unos periodistas y académicos atentos lo que mande y disponga el patrón. Salimos más fuertes y lo mismo da que da lo mismo 47.019 o 65.596. Si total, si los muertos no votan.
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